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Lic. Anibal P Scharovsky
Fisioterapeuta y Osteópata
Director Formación en Yogaterapia de Maas Yoga
Ex Director del Postgrado en Columna Vertebral de la Univ. de Buenos Aires (UBA)

Fragmentos del Capítulo 2 de su próximo libro.

 

“El movimiento se demuestra andando”

Diógenes, filósofo griego conocido como El Cínico (412- 323 AC)

y Carlitos Balá, (cómico infantil argentino)

 

Supongo que en este momento están sentados y concentrados en este texto. Si no están sentados, háganlo. Y si no están concentrados, les pido un poco de atención.

Imaginen que en unos segundos van a levantarse de golpe y salir corriendo hasta la puerta. Traten de sentirlo, planifíquenlo, vean esa imagen en su mente. Repítanla un par de veces, vean qué mueble o persona deberían esquivar, calculen el espacio y háganse la película. Sus piernas, su abdomen, todo su cuerpo se prepara para esa acción, pero no se muevan. Cuando yo diga: “¡Ya!” Saltan y corren con todas sus fuerzas.

Prepárense para la orden, 3, 2,…

Falsa alarma, no hace falta, disculpen. “Mala mía”, como dicen los chicos.

Ahora, díganle a su cuerpo que no va a hacer falta. Respiren profundamente tres veces y sientan como baja el alerta en los muslos y la pantorrilla, como afloja el cuello.

Su tono muscular subió y se preparó para la acción. Todos los músculos respondieron al llamado. Se activaron sobre todo, los que estaban más involucrados en este movimiento, las piernas y tronco. Luego, no hizo falta y soltaron. Sin que se hayan movido un centímetro. Vuelta a modo tranquilo de lectura.

Bienvenidos a Gamma, tu sistema de anticipación y planeamiento.

 

Motoneuronas Gamma, o las que tensan la cuerda…

El relato del pasaje de energía eléctrica a química y que finalmente se traduce en energía mecánica nos habla de la contracción en si misma. Pero existen ciertas complejidades que la sutilizan.

Son tantas las actividades que van a realizar los músculos que precisan un sistema de anticipación y planeamiento que las ponga en forma para lo que está por pasar.

Estoy en una clase de Yoga y no es lo mismo si el profesor dice:

  • -Vamos a hacer invertidas y abdominales (muy arriba)
  • -Seguimos con Pranayamas y mantras (bien tranqui)

Mi energía, la música que suena, los olores, mis pensamientos y emociones, muchas cosas pueden influir sobre la anticipación que hace mi Sistema Nervioso Central de hacia dónde voy. ¿Me preparo para un esfuerzo prolongado? ¿Voy a tener que estar atento a cambios súbitos o la cosa viene más lenta?

Nuestra mente, todo el tiempo realiza estas anticipaciones. Pero, ¿cómo le transmite al músculo este estado de alerta o relajación? ¿Cómo consigue que este empleado tan obediente esté listo?

Para ello, tiene un segundo grupo de Motoneuronas, las Gamma. Estas no inervan a las fibras musculares que hacen fuerza, pero tensan la cuerda, le ponen nervios al asunto.

Entonces, tenemos dos tipos de neuronas motoras:

Alfa motoneuronas: activan las fibras musculares y “hacen la fuerza”

Gamma motoneuronas: estimulan al sistema, preparándolo para reaccionar.

Las Gamma no inervan, o sea estimulan, a las fibras musculares en si. Ellas van directamente a contraer una fibras más pequeñas que se llaman Intrafusales. Estas fibras están dentro un sensor de tensión: el huso neuromuscular (HNM).

 

El HNM es un receptor que mide todo el tiempo los cambios en la longitud del músculo y la velocidad con la que estos se producen. Imaginemos a estos HNM como cientos de resortes insertos dentro de cada músculo. Su función: avisar cuando son estirados de golpe. Y, si sienten ese estiramiento, mandan un aviso inmediato para contraer el músculo: el reflejo miotático.

Cuando estas pequeñas fibras inervadas del HNM se contraen por acción del sistema Gamma, el “resorte” queda más tirante. Y entonces es más fácil que reaccione. Dispara más veces el alerta para el reflejo miotático. En cambio, si el sistema Gamma no está tan activo, el HNM va a estar menos tensado y requiere de más energía para que se active.

El reflejo miotático es la base de sostén del Tono Muscular. Y depende la cantidad de veces que se active, esto representará nuestro Tono muscular. Si se dispara seguido, nuestro Tono muscular va a ser más alto. Por el contrario, si no se activa tanto, nuestros músculos van a tener menos tensión y les va a costar más esfuerzo una contracción intensa. Por ello, este sistema tiene una gran influencia en el tono mediante la graduación de la “sensibilidad” del HNM, que lo predispone a mayor o menor reacción al estiramiento.

El reflejo miotático: ¿los músculos también se asustan?

El músculo es obediente y no toma grandes decisiones, pero tiene un gran temor: ser estirado de más o desgarrado. Y ahí sí se subleva un poquito del control superior del SNC. A nivel de médula, tiene su propio modo de reaccionar y “defenderse”: el Reflejo miotático. Una respuesta simplona, si la comparamos con las grandes complejidades del cerebro: incluye solo a dos neuronas y ocurre en la médula espinal, el segmento menos especializado de todo el SNC. Pero es rápido y efectivo. Y es todo lo que el músculo necesita.

 

Cuando el médico nos sienta en el borde de la camilla, y nos pega con ese martillo de juguete en la rodilla, justo debajo de nuestra rótula, está asustando a nuestro músculo Cuádriceps. El tendón rotuliano que va de la parte inferior de la rótula a la tibia se estira de golpe y transmite tensión rápidamente a las fibras del cuádriceps. Los HNM del Cuádriceps detectan este estiramiento subrepticio y se asustan, ¿podría ser peligroso para el músculo? ¿Lo estirarán hasta romperlo? La velocidad y sorpresa del estímulo es un elemento fundamental en esta reacción.

Inmediatamente el HNM envía esta información en forma ascendente hacia la médula. La situación es crítica y si esperamos la respuesta de los centros superiores del cerebro podría ser tarde o poco eficiente. En la médula, se produce una sinapsis con una Alfa motoneurona perteneciente al mismo cuádriceps que estimula al músculo y en milisegundos este se contrae para protegerse del estiramiento. Y como respuesta a todo ese encadenamiento, tiramos, en la sala del doctor, la patadita típica posterior al martillazo.

Un reflejo monosináptico (una sola sinapsis entre solo dos neuronas a cargo) es el mecanismo más simple que podemos concebir en el sistema nervioso, pero funciona. El músculo se defiende.

Para facilitar aún más este proceso existe una interneurona -un intermediario, un correveidile bah- que le avisa a las motoneuronas de los Isquiotibiales que estamos por tirar la patadita. ¿Para qué? Para que los isquiotibiales -antagonistas del cuádriceps- bajen su tono muscular y permitan la patadita.

Ahora bien, ¿por qué los médicos insisten en seguir pegándonos martillazos en las rodillas? El reflejo patelar (patella quiere decir rótula) o cuadricipital es un modo de evaluar la integridad de los segmentos de médula L2, L3 y L4, los centros de donde sale la inervación del cuádriceps. El médico con este test evalúa la inervación sensitiva y motriz de este músculo y sus antagonistas. Y de este modo, el circuito completo es testeado junto a estos niveles de médula.

Esta prueba puede brindarle algunos datos más si observa que la pierna apenas se mueve (hiporreflexia) o por el contrario, pegamos una involuntaria patada a lo Bruce Lee ante el primer y simple golpecito (hiperreflexia).

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