Al practicar Hatha Yoga, buscamos armonizar estas dos energías opuestas (solar y lunar) dentro de nosotros. Ambas energías simbolizan esta dualidad de equilibrio entre energía solar y energía lunar, de la acción y la relajación. Energía que identificamos y equilibramos en nosotros mismos.

A través de las asanas, fortalecemos el cuerpo y desarrollamos flexibilidad mientras que con los pranayamas aprendemos a controlar la respiración y calmar la mente. La combinación de ambas nos lleva a un estado de equilibrio y bienestar.

Las asanas que se practican en el hatha yoga son lentas y se mantienen durante varios tiempos, indagando en la permanencia de las posturas. Mantener cada asana durante varios tiempos en el hatha yoga es uno de los componentes clave que produce purificación y fortalecimiento del cuerpo humano.

Además de las asanas, el hatha yoga también incluye pranayama (trabajo de respiración) que purifica y abre aún más los canales energéticos del cuerpo.

Si preferís un estilo de yoga que sea lento pero firme y fuerte, el hatha yoga es algo que podés aprender y practicar, a diferencia de Vinyasa Flow o Ashtanga yoga, que es dinámico y fluido en su proceso.

Entre los estilos de yoga tradicionales, el Hatha Yoga es el más antiguo. Aunque las raíces del yoga se remontan a miles de años atrás, el Hatha Yoga como lo conocemos hoy en día tiene sus orígenes en textos antiguos como el Hatha Yoga Pradipika. Este texto, escrito alrededor del siglo XV, sistematizó las prácticas de Hatha Yoga y se convirtió en una referencia fundamental para los practicantes.

Sin embargo, es importante destacar que las técnicas de Hatha Yoga han evolucionado a lo largo de los siglos y se han adaptado a diferentes culturas y tradiciones. Hoy en día, existen numerosos estilos de Hatha Yoga, cada uno con sus propias características y enfoques.

La filosofía del Hatha yoga funciona sobre el conocimiento de que cuando el cuerpo se purifica con asanas, mudra, pranayama y otras técnicas yóguicas, el cuerpo queda abierto y lo suficientemente fuerte como para contener y encarnar la conciencia superior que desciende en este cuerpo.

¿A qué llamamos meditación?

En su acepción sánscrita, la meditación es entendida como bhavana, palabra que suele traducirse como familiarización.
¿Pero con qué nos familiarizamos?
Cada tradición espiritual suele dar diferentes respuestas a esta pregunta. Sin embargo es probable que la mayoría de ellas converja en un punto: indiferente del objeto con el cual pretendamos familiarizarnos, la práctica de la meditación nos pretende llevar de un estado mental fragmentado a otro enfocado. Es, pues, una práctica en la atención que requiere disciplina y esfuerzo sostenido, como nos lo recuerda el maestro Patanjali.

En este curso exploraremos algunas maneras y dispositivos en los cuales tradiciones como el Yoga o el Budismo, pretenden cultivar y refinar la atención de sus practicantes. Así mismo, exploraremos trasfondos de base que le dan sentido a la práctica contemplativa. Tocaremos sucintamente categorías filosóficas como impermanencia y no-ego que sirven de trasfondo a las prácticas. 

Ajustes llamamos a esas pequeñas o grandes adapataciones que hacemos en nuestras posturas para cuidar a nuestro cuerpo, hacernos un mimo o llegar a donde es imposible hacerlo solos, aprenderemos  como ajustar y ayudar  a nuestros a alumnos y que necesitamos hacer  en nuestra propia practica para avanzar con cuidado y sin lastimarnos  usando elementos como ladrillos cintos y mas.

Haremos uso de varios elementos durante el curso, pero el que mas nos divierto es el Columpio, aca aparece la parte ludica del encuentro, donde hacemos uso de la gravedad, haciendo un ejercicio a mental tambien armando asanas en otros planos que nos dejan patas para arriba.